
¿Cuál es la mejor manera de resolver un problema? Comprenderlo bien. No vaya a ser que por no entenderlo adecuadamente tratemos de solucionar lo que no corresponde.
Pero, ¿en qué consiste comprender un problema? En conocerlo a fondo, identificando sus componentes y las relaciones entre ellos, en verlo desde distintos ángulos; en cierta medida deconstruirlo. Comprender es establecer relaciones.
El esfuerzo de comprensión es una experiencia del pensamiento. Ahora bien,¿qué es una experiencia? “Algo de lo que se sale transformado” (M Foucault, Dits et ecrits, cit. Josep María Esquirol, La resistencia intima, p. 97)
En este sentido comprender un problema es una actividad transformadora. En muchos casos ligada a escribir o a dibujar, en la misma medida en que escribir y dibujar son en sí mismos experiencias.
“El ejercicio de pensar transforma” (Josep María Esquirol, La resistencia intima, p. 97)
Un ejemplo: el aparcamiento en el campus. ¿Cómo solucionamos el problema del aparcamiento en el campus? En primer lugar tendremos que comprenderlo a fondo, sumergirnos en él.
- Qué elementos intervienen y cómo interaccionan entre sí: dimensiones, estructura y capacidad del aparcamiento
- Qué personas que lo utilizan, y el comportamiento y los hábitos de esas personas
- Normas de tráfico, comunicación vial en el campus, señales
- Volúmenes de tráfico de entrada y de salida en función del tiempo
- …
Es posible que después de esa inmersión el problema se vea de otra manera.
Al tiempo que avanzamos en el entendimiento en profundidad de un problema, se van a generar ideas de solución. Ese es el carácter no lineal del proceso de innovación, que tratamos de representar con la espiral en el modelo CREALAB (Figura)
Esquirol, J. (2016). La resistencia íntima. Acantilado.